lunes, 23 de abril de 2007

Guerrilla urbana .... heaaaaaa

Un grupo de intrépidos desconocidos lleva semanas desconcertando a los viajeros de la línea 1 de metro de Madrid, que tan pronto se encuentran caminando por la estación de Bilbado, como por la de Líos Rosas o Cuatro Cominos. Se trata de un perfecto ejemplo de street art, una interferencia urbana capaz de convertir la realidad cotidiana en una impactante forma de expresión.


Lo que impacta de este arte callejero, desenfadado y cabrón, es la posibilidad de toparse de narices con una ráfaga de iluminación, una inesperada bofetada de lucidez para la que nadie nos había advertido con anterioridad. El bofetón puede acechar junto a una farola, en la fachada del ayuntamiento o la parada del autobús. Debemos estar preparados para toparnos con una placa que no conmemora absolutamente nada o con un gran cartel que nos advierte del peligro de sus propios y afilados bordes.

Este catálogo de deslumbramientos a traición, lo preparan sigilosamente algunos locos de la sorpresa urbana, gentes como los Reyes del Mambo, dispuestos a cambiar la V de la empresa VISA hasta convertirla en RISA, o a llenar una señal de peligro de bolas de billar.

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